Una de las cosas más bella de la vida es cuando una pasión se convierte en trabajo y aunque pueda parecer raro por una chica que estudia mucho como yo, no sería mal para mí tener un puesto permanente. A lo mejor lo haré en mi próxima vida.
Hasta ahora he ganado bastante con mis trabajos, lo necesario para hacer unos regalos (como me gusta más comprar para los demás que para mí) y satisfacer uno pequeños antojos. Por supuesto no puedo sostener todos mis gastos simplemente gracias a la venta de collares y pendientes, porque no siempre las personas los necesitan.
Por suerte una vez por año llega la Navidad y todo el mundo tiene que comprar unos regalitos para amigos y familiares. ¡Qué idea genial un pequeño objeto de vanidad! Las mujeres amamos las cosas inútiles mas bellas, y una pulsera o una aguja no están mal para hacer un regalo bonito y barato... ¡siempre que sean de mi colección!
De hecho durante las Navidades las ventas suben muchísimo y como mis precios son muy bajos, la gente puede proveer a más regalos de una sola vez. Os voy a dar una idea de lo que entiendo por precios bajos. Todos los pendientes cuestan 4 € pero los de metal entrelazado que se venden cuestan sólo 3 €. Los collares más simples 4€ y los más elaborados 8€. Las pulseras y las agujas 4-5 €. ¡Me parecen precios más que democráticos!
Lo que pasa es que yo pongo los precios en relación a lo que yo gastaría para estas cosas. Hay puestos donde los pendientes valen 15 € y a mí me parece absurdo, como que no se trata de oro o de piedras preciosas. A mí no me interesa nada llegar a ganar un montón de dinero, a mí me gusta la idea que hay gente que lleva algo hecho por mis manos, que mis creaciones circulen y que las personas que las llevan piensen en mí cada vez que las ven.
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